Cómo dar mejor retroalimentación en redacción: 10 consejos clave

Cómo dar retroalimentación de escritura: una guía para convertir esta tarea desafiante en una colaboración exitosa que inspire a los autores.

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November 23, 2022

¿Has oído hablar de Maxwell Perkins?

Probablemente no, pero deberías. Fue el editor que impulsó las carreras de autores como F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Marjorie Kinnan Rawlings y Thomas Wolfe.

Si alguna vez dudas del valor de un buen editor, hazte un favor e investiga la relación editorial que Perkins mantuvo con sus autores. Obras célebres como The Great Gatsby no serían lo que conocemos hoy sin las acertadas intervenciones de Perkins.

Por supuesto, no todos somos editores de editoriales. Pero si tienes que dar retroalimentación de redacción y buscas ayuda para hacerlo bien, estás en el lugar indicado.

Ya sea

  • Líder de marketing que da retroalimentación a redactores de contenido
  • Gestor de contenido dando consejos de estilo a un freelancer
  • Editor que ofrece una crítica detallada a un periodista
  • Un lector beta que ayuda a un autor a mejorar su novela
  • Profesor que da retroalimentación en trabajos de alumnos
  • Supervisor académico que ayuda a un estudiante a pulir su tesis
  • Miembro de un grupo de escritura que da sugerencias a otros escritores, o
  • Tutor, coach o instructor de escritura que enseña habilidades de redacción —

Te tenemos cubierto.

Sigue leyendo para descubrir cómo dar retroalimentación que sea efectiva e inspiradora.

10 consejos prácticos para dar retroalimentación efectiva en la escritura

Una buena retroalimentación puede convertir un texto de aceptable en memorable y digno de compartir.

Pocas cosas son tan inspiradoras y gratificantes como la cocreación; bien hecha, dar retroalimentación a un autor y ver evolucionar su trabajo puede ser muy satisfactorio.

Estos son nuestros mejores consejos para dar retroalimentación de escritura y que tú también lo vivas.

10 consejos para dar mejor retroalimentación en la escritura

1. Entiende el nivel de retroalimentación requerido

Hay gran diferencia entre editar, corregir y dar retroalimentación constructiva, y no solo en el tiempo que requiere cada uno.

El nivel de retroalimentación dependerá de:

  • El tipo de contenido — ¿Es una publicación de blog, una novela, un proyecto creativo de un amigo o una tarea estudiantil? ¿Hay una rúbrica o guía a seguir o vas por tu cuenta?
  • El contexto — ¿Cuál es tu relación con el autor? ¿Buscas corregir el texto o dar críticas constructivas para desarrollar el potencial del autor? ¿Tienes una relación editorial y un 'código' de retroalimentación establecido o debes explicar cada sugerencia? 
  • La fase de desarrollo del contenido — ¿En qué etapa del proceso creativo estás? ¿Revisas un borrador inicial o corriges un borrador 'terminado' para publicación? ¿Buscan consejos de redacción o una corrección exhaustiva?

Entender el nivel de aportes esperado (y el detalle de tu retroalimentación) puede ahorrarte tiempo y esfuerzo — no sirve una corrección fina si el borrador inicial cambiará mucho.

2. Da retroalimentación en contexto

Al dar retroalimentación, asegúrate de que tus sugerencias sean claras (y fáciles de ubicar) colocándolas lo más cerca posible del texto. La retroalimentación se puede perder o pasar por alto si la separas del contexto al que aplica, o ni siquiera la registras.

Los comentarios en márgenes son útiles, pero la retroalimentación electrónica supera con creces garabatear notas en papel.

La mayoría de procesadores de texto permiten resaltar y añadir comentarios, lo que los hace más adecuados para dar retroalimentación que, por ejemplo, un CMS para publicar blogs. Por ello, es buena práctica usarlos para flujos de aprobación de contenido y luego subir el texto al CMS.

Además, no pases por alto las opciones de marcado en procesadores como Microsoft Word o Google Docs. Puedes alternar entre 'Modo de edición' y 'Modo sugerencia' y activar 'Control de cambios' para que el autor vea (y acepte) cada modificación. Esto les ayuda a aprender más que si hicieras los cambios por ellos. En este sentido, considera mejorar tu retroalimentación grabando un Bubble. Este enfoque te permite no solo anotar el trabajo, sino también ofrecer una respuesta más personalizada y clara. La naturaleza visual e interactiva de un Bubble puede ilustrar mejor tus sugerencias y motivar al destinatario a implementar los cambios de forma más efectiva.

3. Enfoca la retroalimentación con la mentalidad adecuada

empático y respetuoso al dar retroalimentación de escritura. Ponte en el lugar del autor y sigue la regla de oro — trata a otros como te gustaría que te tratasen. Recuerda: estás para ayudar al receptor, no para desanimarlo.

Lamentablemente, algunos escritores necesitan clases de redacción, no un editor — pero eso no impide que les des retroalimentación útil. Adapta tu retroalimentación al nivel de experiencia del autor y evita exigencias fuera de su alcance.

Un buen marco para dar cualquier tipo de retroalimentación es la filosofía de Radical Candor de Kim Scott, que busca el equilibrio entre 'cuidar personalmente' y 'desafiar directamente' — es decir, ofrecer retroalimentación clara y concreta mientras eres amable y sincero.

Un buen marco para dar cualquier tipo de retroalimentación es la filosofía Radical Candor de Kim Scott, que equilibra 'cuidar personalmente' y 'desafiar directamente'

4. Empieza con una o dos lecturas

Antes de comentar, lee todo el texto.

Toma notas de los problemas más graves (y los menores), pero evita inundar el texto de observaciones hasta evaluar el nivel de aportes adecuado y qué sugerencias tendrán mayor impacto.

Si das retroalimentación sobre flujo y puntuación, leer en voz alta es ideal para detectar dónde falta una coma, punto o incluso reestructuración — como oraciones extensas o palabras polisilábicas impronunciables.

5. Empieza con retroalimentación de alto nivel

Comienza por los grandes aspectos que definen si el texto cumple su objetivo antes de pasar a detalles menores.

Aquí un breve resumen de lo que implica la retroalimentación de alto y bajo nivel:

Aspectos de alto nivel

Efectividad general — ¿El escrito cumple su objetivo? ¿Está claro el mensaje? ¿Es el tono y lenguaje adecuado para su audiencia?

Claridad en la comunicación — ¿La estructura, organización y flujo de información son lógicos y coherentes?

Credibilidad — ¿Las afirmaciones cuentan con evidencia relevante y de calidad?

Concisión — ¿Está el texto lo más conciso posible?

Facilidad de lectura — ¿El texto es agradable a la vista? (títulos, párrafos cortos, viñetas, palabras y oraciones breves, etc.)

Aspectos de bajo nivel

SPAG — Problemas de ortografía, puntuación y gramática

Problemas de sintaxis — Estructura de oraciones, frases específicas, etc.

Problemas menores de estilo — Elección de palabras, verbosidad, uso de voz pasiva, etc.

Elige tus batallas; a menos que hagas una corrección final o seas editor, no te obsesiones con detalles mínimos.

Retroalimentación de alto nivel vs. bajo nivel

6. Da retroalimentación específica y accionable

Un exceso de retroalimentación, por muy constructiva que sea, puede resultar abrumador. Elige tus batallas y selecciona unos pocos cambios clave que maximicen la mejora.

Para cada sugerencia, sé lo más específico posible y explica por qué la propones. Siempre que sea posible, ofrece un ejemplo o analogía para ilustrar tu punto.

Asegúrate de que tu retroalimentación sea accionable, es decir, que cada comentario ofrezca un objetivo concreto. Evita comentarios vagos como “esto no funciona” o “amplía” — explica con precisión qué no funciona, por qué y cómo el autor puede mejorar el texto.

7. Destaca lo que funciona

No sólo critiques. Recibir solo retroalimentación 'negativa' puede desanimar hasta a los escritores más experimentados.

Procura felicitar sinceramente lo que el autor hizo bien, pero evita eso del sándwich de críticas. Casi todos coinciden en que eso no funciona porque nuestro cerebro tiende a aferrarse a los elogios y olvidar las críticas.

8. No seas demasiado prescriptivo.

Evita ser demasiado prescriptivo. Es su texto, no el tuyo — no intentes que suene como tu propio trabajo. Tu objetivo es ayudarles a desarrollar su propio estilo y voz de forma más efectiva.

Piensa en tu reacción inicial al texto, identifica qué la provocó y pregúntate si eso ayuda o dificulta el efecto general del escrito.

Por ejemplo, si una oración te hace detenerte como lector, identifica qué sentimiento acompaña esa pausa. Si te sientes confundido, puede ser porque la estructura de la oración enfatiza la parte equivocada o porque una palabra genera ambigüedad.

Según el contexto, esto puede tener un impacto positivo o negativo. Hacer que el lector se detenga dos veces puede ser útil en un anuncio, pero en otro contexto puede dañar la claridad y efectividad del mensaje.

También puedes preguntarte si la parte que te hizo detenerte es un error real o una elección estilística, y cómo otros lectores la interpretarían.

9. Haz preguntas orientadoras

Al dar retroalimentación para ayudar a mejorar como escritor, a menudo es más eficaz hacer preguntas que impulse a encontrar la solución por sí mismos que decirles directamente qué hacer.

Por ejemplo, si la coherencia y claridad necesitan mejorar, podrías decir: "Al leer esto, en ocasiones me sentí confundido sobre cómo cierta información se relaciona con el tema principal." ¿Podrías encontrar una forma de dejar más claro cómo todo está relacionado? ¿Añadir algunas frases o conectores facilitaría las transiciones entre párrafos?

Así, el autor tiene un problema claro que abordar y, aun así, debe revisar críticamente su propio texto para encontrar la mejor solución.

10. Convierte esto en un diálogo 

Es raro recibir mucha retroalimentación y no tener una o dos preguntas — o preguntarte si tu respuesta a una sugerencia refleja lo que el revisor quiso decir.

O tal vez leíste una nota y pensaste 'Soy un idiota' o 'Vaya, realmente me odian'. (Está bien, todos hemos pasado por eso!)

Convertir el proceso de retroalimentación en un diálogo suaviza el golpe de las 'críticas' y hace que la revisión se sienta más como un esfuerzo de equipo (¡lo tenemos controlado!), en vez de un camino cuesta arriba con un editor intimidante que te retrase.

Esa es una de las muchas razones por las que la retroalimentación debe ser una conversación bidireccional abierta y constructiva. Más sobre esto a continuación.

Por qué la retroalimentación de escritura debe ser una conversación

Los talleres de escritura y las discusiones uno a uno son entornos invaluables para compartir y recibir retroalimentación de escritura realmente productiva.

Lo que las hace mucho más efectivas y favorece esos inspiradores momentos “¡Ajá!” es que el contexto compartido de la interacción en tiempo real simplemente permite una comunicación más clara. Los malentendidos o la falta de comprensión suelen ser fáciles de detectar y corregir, lo que facilita identificar qué puntos aclarar.

Además, intercambiar ideas (o “brainstorming” o “workshopping”) puede tener un efecto increíble en la creatividad y la resolución de problemas. En estos escenarios, cada parte se nutre y edifica sobre las aportaciones de la otra, generando un conjunto de ideas más amplio y diverso, y aumentando la probabilidad de que surjan esas ideas realmente buenas.

En cambio, la retroalimentación por texto (comentarios, ediciones, etc.) deja tanto margen para malentendidos. Ni hablar de que puede resultar aislante, alienante y desalentador — incluso exasperante. ¿Quién no ha sentido un pellizco de resentimiento al ver lo que considera una revisión injustificada de su escritura hermosa?

Las conversaciones bidireccionales sobre retroalimentación facilitan ponerse de acuerdo (jaja) al explorar las decisiones creativas de cada parte — y las perspectivas detrás de ellas — creando oportunidades para que tanto el autor como el revisor aprendan e inspiren.

Pongámonos prácticos: Cómo dar retroalimentación bidireccional 

Con todos los beneficios de productividad del feedback conversacional, ¿cómo se ve esto en la práctica?

A primera vista, la desventaja obvia de este enfoque es que nadie tiene tiempo para charlas en tiempo real cada vez que necesita dar o recibir feedback — y ni hablar de reuniones presenciales.

Con el auge de la colaboración remota, horarios flexibles y equipos distribuidos globalmente, encontrar un momento conveniente para todos se vuelve más complicado. Estudios muestran que reuniones constantes y cambiar de tarea interrumpen masivamente el trabajo profundo y enfocado.

Por suerte, vivimos en la era de la colaboración asíncrona. Hay cada vez más tecnologías increíbles que hacen que trabajar de forma asíncrona no solo sea tan efectivo como en tiempo real, sino más.

Permítenos presentarte Bubbles, la herramienta de colaboración asíncrona perfecta para dar retroalimentación en contexto y convertirla en una conversación bidireccional productiva.

Bubbles es una herramienta de colaboración gratuita que te permite grabar pantalla y agregar comentarios con marcas de tiempo usando texto, audio o video (con o sin webcam).

Esto significa que puedes hacer un video donde repases tu retroalimentación y destaques puntos clave, explicar tus sugerencias más a fondo y preguntar al autor lo que no quisiste escribir — todo con la ventaja de usar tu voz y expresión facial para transmitir tu tono.

El autor puede ver el video y responder en contexto anotando comentarios en la parte relevante, y luego tú contestas, creando hilos de conversación organizados y fáciles de encontrar y consultar.

Y como mencionamos, con Bubbles puedes dejar comentarios con texto, voz, video o grabaciones de pantalla. Esto te permite adaptar el formato de tu conversación de feedback a tus necesidades (y nivel de comodidad).

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